EL CONCEPTO DE LA GUERRA PARA KARL MARX
A Karl Marx,
Friedrich Nietzche y Sigmund Freud se les denomina Los filósofos de la sospecha[1].
Los tres sospechaban que no existía sujeto racional, que la razón no mueve los
hilos del mundo desenmascarando los valores ilustrados de la racionalidad, y
poniéndolos en cuestión. Ellos dudaron de los métodos racionales para la
búsqueda de la felicidad y la verdad y afirmaron que la conciencia, en su
conjunto, es una conciencia falsa. Aunque no son pensadores coetáneos[2]
comparten una actitud crítica hacia la sociedad que conocen. Para Marx la
conciencia se falsea por intereses económicos[3]
y quiere alcanzar la liberación mostrando, tal cual es, a la clase burguesa (alienación
y materialismo económico); para Freud
acontece por la represión del inconsciente[4]
buscando “curarla” por la conciencia y la aceptación de la realidad (represión
e inconsciente dinámico), y para Nietzche por el resentimiento del débil,
por la aceptación de la moral reinante, ya que es la irracionalidad la que mueve el
mundo[5]
(la voluntad del poder y nihilismo). Los tres buscan los
principios ocultos de la razón de la época que les toca vivir para poder
interpretarla.
Los tres
muestran que no existe sujeto racional ni conciencia propia
de dicho sujeto. E inciden en que son elementos sociales, económicos o
ideológicos los que explican este cambio de paradigma[6],
siendo el sujeto la expresión de contradicciones históricas, sociales,
morales y psíquicas y queriendo liberar al hombre de la dominación
económica, de la represión sexual y del pensamiento moral racional. El
objetivo, denunciar una falsa utopía para
(intentar) instaurar una nueva capaz de liberar al hombre, aflorando su
verdadera conciencia, destruyendo todo lo que impide al hombre expresar su
propia naturaleza. Desvelar lo que Nietzsche descubrió acerca de la realidad
preguntándose qué hay de auténtico bajo los valores morales y el concepto de
verdad; lo que Marx indagó acerca de ideología y lo que Freud puso de
manifiesto en torno a las acciones del ser humano y del papel del inconsciente.
Si se quiere comprender el nuevo ámbito científico y de pensamiento que existe
a partir de estos filósofos, diferentes autores han coincidido en cifrar en
cuatro los ejes de su sospecha:
Religión, política, sociedad y ética.
RELIGION
|
POLÍTICA
|
SOCIEDAD
|
ETICA
|
|
MARX
|
Alienación, negación, búsqueda de
consuelo ante la explotación del mundo.
“La
religión es el opio del pueblo”
|
El mundo no debe interpretarse, sino transformarse. Para beneficiar a los
explotados, la mayoría, la filosofía debe dejar paso a la política.
|
El sujeto burgués (que ha acabado con
el antiguo régimen) ha de ser sustituido por el obrero consciente de su
clase. Acabar con la alienación
para conseguir una nueva sociedad mediante la lucha de clases.
|
La ética que se nos impone está al
servicio de la clase dominante poseedora de los medios de producción. Como la
ética es ideología, ésta debe ser cambiada en beneficio de la mayoría.
|
NIETZCHE
|
El Dios cristiano es la expresión del
resentimiento y de los valores negadores
de la vida.
“Dios
ha muerto”
|
Para llegar a ser superhombre hay que
generar una gran política. Para
hacer los mejores ciudadanos, hay que usar la política.
|
El hombre debe ser superado por el superhombre que destrozará las
convenciones sociales.
|
Al poner fin a la moral del rebaño creando nuestros propios
valores llegaremos a ser superhombres.
|
FREUD
|
La religión es la ilusión de un mundo
seguro, como el de la figura paterna. Dios es la impotencia de los humanos
para guiarse por sí mismos y foco de represión sexual.
|
La política es una represión que niega
el placer, en aras de unos principios que ni comparten ni aceptan la gran
mayoría de ciudadanos.
|
La represión del deseo y la negación
del placer crean sociedades con individuos infelices. Esta represión traerá
una revuelta contra la sociedad y la cultura.
|
La ética surge del miedo que en la infancia nos produce el
padre. La ética es represión del deseo que nos culpabiliza
constantemente.
|
Introducidos
en las teorías de la sospecha,
pasamos a desgranar el concepto que de la guerra, tiene el autor elegido: Karl
Marx.
Karl Marx nació en el reino de
Prusia en 1818, año en que se celebra el Congreso
de Aquisgrán[8],
después de la derrota de Napoleón en Waterloo por los ejércitos
anglo-prusianos, marcando el final de las guerras Napoleónicas[9].
De origen judío, su familia formaba parte de la clase media prusiana (su padre
era abogado); estudió en la universidad Bonn y Berlín, pero se doctoró en
filosofía por la de Jena. Fue su suegro Ludwing Von Westphalen quien le inicia
en las doctrinas racionalistas de la Revolución Francesa de 1789. Sus ideas
políticas le obligan a dejar Alemania e instalarse en Francia (París) en 1843.
Allí conoce a Federico Engels, con quien entabla una sólida amistad personal e
intelectual[10],
además de personajes del socialismo francés como Proudhon y Blanc y al anarquista ruso Bakunin. Sus ideas
radicales provocan que sea expulsado de Francia, estableciéndose en Bruselas en
1845, desde donde sigue en contacto con su amigo Engels[11].
En 1847 se afilia a la Liga Comunista y redacta los principios de la misma
junto a Engels, en el famoso Manifiesto
Comunista que se publicaría en 1848 en la ciudad de Londres, coincidiendo
con una oleada de revoluciones en Europa[12]
en ese mismo año. Los belgas vuelven a expulsarle y regresa a Francia, pero por
poco tiempo, ya que junto a Engels se dirige a Alemania. Después de varias
expatriaciones más, establece su residencia definitiva en Londres en 1849. Es
en esta ciudad donde participa de la 1ª Internacional[13]
en 1864, y comienza a escribir su obra cumbre, El Capital, cuyo primer tomo
verá la luz en 1867, siendo póstumos los dos siguientes y publicados por Engels
en 1885 y 1894, poniendo en orden los
manuscritos de su amigo. Después del fracaso de la Comuna de París en 1871[14]
Marx se retira de la política activa, aunque son dos de sus muchos
discípulos alemanes[15]
los que fundan en 1875 el Partido Socialdemócrata alemán, que dominó la 2ª
internacional[16]
bajo una fuerte inspiración marxista. Esta (la socialdemócrata) es una de las
dos ramas del marxismo. La otra es la comunista, que vio como sus principios
movieron la revolución rusa de 1917 o la china de 1949, con la instauración de
un estado socialista de partido único. No en vano, el tiempo de Marx es el de
la formación y consolidación de las sociedades industriales y el de un buen
número de obreros que se concentran en los principales núcleos urbanos
protestando contra un sistema que defiende la productividad y el máximo
esfuerzo de los obreros sin ningún derecho. Marx muere en 1883 en Londres.
Engels fue el encargado de acuñar
el término de socialismo científico
para diferenciar las tesis que elaboró junto a Marx de las del llamado socialismo utópico[17]
de Owen, Saint-Simon, Fourier o Cabet.
Karl Marx es uno de los filósofos
que más parece contribuir al pensamiento filosófico de la guerra, no en vano crítica y conflicto son aspectos
principales de sus planteamientos ideológicos. Conceptos como “lucha de clases”, “crítica marxista” o
“revolución socialista” son la base de este
pensamiento que se repite en sus libros y artículos. Para Marx, el
motor del cambio de la historia es el conflicto, pero no entre naciones o
estados, sino entre clases sociales, siendo el factor determinante de
dicho conflicto el poder económico. El materialismo histórico[18]
es la ciencia marxista que interpreta la historia, y supone la afirmación del
hombre como protagonista de la Historia. Sus dos ideas fundamentales son las
relaciones que el hombre establece con la naturaleza y con los demás hombres
son relaciones materiales, y que los hombres producen e intercambian bienes
materiales para poder satisfacer sus necesidades materiales. Estas relaciones
son las que dan origen, en última instancia a la ideología y a la estructura
jurídica, social y política del Estado. Por lo tanto, se trata de un
materialismo dialéctico e histórico. El materialismo marxista consiste en la
afirmación de que la producción, distribución, intercambio y consumo de bienes,
son la raíz de que los hombres tengan y desarrollen esta o aquella mentalidad,
y elaboren estas o aquellas leyes, y se dé este o aquel modo de gobernar la
sociedad, siendo la materia el sistema de producción de los bienes
materiales o las relaciones económicas de producción.
Materialismo histórico es, por tanto, lo que condiciona realmente la historia
humana, es decir, las relaciones económicas de los bienes de producción.
El
conflicto es exclusivamente entre clases. Esta expresión condiciona
la teoría de la lucha de clases marxista y es el hilo conductor que nos muestra
que la historia está sujeta a leyes, no siendo ese caos donde se suceden
periodos de progreso, estancamiento, revolución, guerra y paz. El modo en que
se organizan las relaciones sociales de producción es lo que Marx denomina estructura
de una sociedad, la base económica de de cada sociedad, y comprende
tres niveles: condiciones, fuerzas y relaciones de producción[19].
Sobre esta estructura se sitúa la superestructura, la forma
jurídico-política de cada sociedad, que está condicionada por la ideología de
la clase dirigente. Nuestros modos de pensar y de gobernarnos están condenados
por el desarrollo de nuestras fuerzas productivas, por nuestro modo de
producción. Esto es lo que Marx llama materialismo dialéctico y el
capitalismo no escapa de esta dialéctica, cuando al generar beneficios para una
minoría, genera pobreza para una mayoría, posibilitando el caldo de cultivo
para fascismos o revoluciones. De este razonamiento conviene Marx la existencia
de clases sociales (por las relaciones sociales de producción): una minoría
burguesa y una mayoría trabajadora que solo puede vivir trabajando para la
minoría, con intereses opuestos y buscando la revolución proletaria que traerá
la abolición de la propiedad privada de los bienes de producción y el fin de la
sociedad de clases[20].
Para Marx
la clase trabajadora es la clase universal, la que velará por los intereses de
todos, desde un punto de vista general. Por eso sólo el proletariado puede
alcanzar un conocimiento objetivo de la realidad social, porque carece de todo
y solo puede construir para prosperar. Entra en juego el concepto de alienación
para Marx, donde el trabajador es mera mano de obra que proporcionará
al burgués riqueza. Existe alienación porque existe propiedad
privada, que dejará de existir modificando dicha estructura económica. Por lo
tanto, la denuncia de la alienación es también lucha de clases, parte del motor de la ética
marxista. Y uno de los rasgos de ésta moral es la violencia y, si bien la clase
trabajadora debe abstenerse de participar en la guerra de los estados, no debe
hacerlo cuando se trata de la lucha de clases. La violencia verbal también
forma parte de la retórica marxista que bebe de revoluciones europeas
anteriores[21]. Marx
define la relación entre las clases como una situación bélica. La lucha de
clases es una guerra civil. Las naciones capitalistas viven en estado de guerra
civil larvada o latente. Según nos cuenta Blasco de Avellaneda[22],
“(...) la situación bélica implica la
valoración emocional de la ruptura y la catástrofe. Hay en Marx una disposición
a aceptar de buen grado los costes y los sacrificios de la guerra.
La clase burguesa, políticos, intelectuales, empresarios, debe ser arrojada
fuera de la historia. El orden burgués debe ser combatido hasta sus últimas
consecuencias, destruido, enterrado, por la violencia o el terror
revolucionario si es preciso, sin piedad y sin pedir piedad, por la revolución
permanente”. Además, la guerra trae consideraciones de tipo gremial (bando,
ejército...) y escala de mando, provocando graves “alteraciones” en el sistema,
cuando el proletariado se convierte en
ejército formando parte de un sistema clasista y jerarquizado. En la democracia obrera es el proletariado el que
ostenta realmente el poder, impidiendo mediante leyes y medios coercitivos
diversos[23]
la explotación de una clase social por otra.
Desde
el punto de vista del proletariado es una democracia, porque es su clase la que
domina todo el entramado social. Desde el punto de vista de la burguesía es una dictadura pues se emplean medios
coercitivos para perseguir a los que no defienden los intereses de la clase trabajadora. Si la
vía que se adopta es la del socialismo[24],
se potencia el papel del estado como instrumento para racionalizar la
producción, se distribuye entre toda la población la riqueza generada[25] y se controla socialmente
los grupos que quieran volver a instalar el sistema de clases sociales. En esta
concienciación de la sociedad, en particular del proletariado, se transita al
comunismo por obsolescencia del capitalismo, eliminando las diferencias
económicas y sociales de los distintos grupos sociales que pudieran aparecer.
Si, por el contrario, la vía que se adopta es la del comunismo[26],
se toma el poder por una minoría que derroca al estado capitalista y
procede a concienciar a toda la sociedad de las bondades del sistema. Es la
culminación del proceso revolucionario. El hombre es protagonista de su
destino.
De todos los textos que he podido
leer sobre este asunto, la posición de Marx no está clara. Sí es concluyente y
explícito en la valoración de la violencia como instrumento para la toma del poder
por parte del proletariado en la fase de dictadura, sobre grupos sociales
distintos a la clase obrera, donde legitima esa violencia para la lucha de
clases. Pero parece que no le interesa nada más de los conflictos bélicos ni de
la guerra. Los “herederos” de Marx sí lo han hecho, llegando a tres posibles
interpretaciones: la primera tiene que ver con la existencia de muchos partidos
comunistas en el último tercio del siglo XX que consideraron legítima la
violencia y participaron de guerrillas y grupos terroristas[27]; la segunda se relaciona
con la dictadura del proletariado y su instauración en Rusia, China o Cuba,
después de sendas revoluciones que fueron conflictos armados en toda regla. La
tercera tiene que ver con otros partidos comunistas, sobre todo europeos[28], que rechazaron este
método y se instalaron en la vía democrática.
Desde
mi punto de vista, es difícil poder entender que la violencia valga solo en un
determinado momento histórico o social, que se justifique su uso como legítimo.
Sin embargo estos razonamientos, seguramente sin la intención de su creador, posibilitaron una época de gran zozobra
mundial, política de bloques, tensión nuclear y separación del mundo en dos
concepciones radicalmente opuestas. Durante estos días estamos siendo testigos
de lo que podría ser el fin del último resquicio de la guerra fría, ya que el
Presidente de Estados Unidos ha anunciado el fin del bloqueo comercial a Cuba.
Cincuenta y tres años después los Estados Unidos se han dado cuenta que todo el
sistema impuesto por Kennedy no ha servido para derrocar al sistema comunista
cubano. Sin duda son las personas las que hacen la política y son ellas las que
interpretan el momento que les toca vivir. A Marx también. Y quiero entender
que toda su propuesta económica, a modo de revelación, produjo diferentes
revoluciones en el mundo que han conseguido modificar la historia de la
humanidad, al menos por un tiempo. No debemos perderlo de vista, porque de
nuestra historia aprendemos a no cometer los mismos errores.
RGM.
[1] La frase fue acuñada por
el filósofo francés Paul Ricoeur en 1965. Aparece en su libro De l'interprétation. Essai sur Sigmund
Freud.
[2] Marx es de la mitad del
siglo XIX, Nietzche de finales del siglo XIX y Freud de principios del siglo
XX.
[3] “El sistema capitalista no precisa de individuos cultivados, sólo de
hombres formados en un terreno ultra específico que se ciñan al esquema
productivo sin cuestionarlo”. Karl Marx. Miseria de la Filosofía. 1847.
[4] “La represión se contrapone al yo, y se plantea la tarea de cancelar las
resistencias que el yo exterioriza a ocuparse de lo reprimido”.
[5] “La irracionalidad de una cosa no es un argumento en contra de su
existencia, sino más bien una condición de la misma.”.
[6] Marx habla sobre el ser del hombre diciendo que estos son
sus procesos de vida; Nietzche especula con la moralidad recibida y Freud sobre el inconsciente que rige los actos de la conciencia.
[7] Cuadro de elaboración
propia desde las definiciones de Ramón Alcoberro.
[8] Austria, Prusia, Rusia y
Gran Bretaña forman la cuádruple alianza para
mantener el orden absolutista en Europa e impedir cualquier intento de alterar
la geopolítica europea. Este congreso
se celebra después de la derrota de Napoleón en 1815 y, además de la paz,
pretende hacer valer los derechos de las cuatro potencias firmantes.
[9] 1803-1815.
[10] En 1845 publican su
primer libro La sagrada familia.
[11] Escriben “La ideología alemana”, que contiene ya
los elementos del materialismo histórico, y que no será publicada hasta 1932.
[12] Francia, Alemania,
estados de los Habsburgo (Austria, Hungría, Bohemia, ahora parte de la
república Checa, Voivodina, hoy parte del norte de Serbia, partes de Italia
como Lombardía, Véneto, Parma, Módena y Toscana), otros estados italianos como
Sicilia y Roma, Valaquia en la actual Rumanía y España.
[13] Fundación de la
Asociación Internacional de Trabajadores (AIT).
[14] Insurrección breve (18 de
marzo a 28 de Mayo) durante la cual el movimiento revolucionario
autogestionario y anarquista gobernó la ciudad de París.
[15] Bebel y Liebknecht.
[16] En 1889.
[17] El socialismo utópico es
sobre todo identificado por la voluntad de concebir comunidades ideales,
organizadas según principios democráticos y cuyas relaciones se fundan en la
equidad como los falansterios de
Fourier, las granjas cooperativas de
Owen, las colonias icarianas de Cabet
o el capitalismo equitativo y planificado
de Saint-Simon.
[18] La corriente filosófica que nace en
Grecia con Heráclito y Epicuro, hace 2500 años, y que sitúa a la materia
como elemento principal -y único- en la Naturaleza se llama Materialismo. Esta corriente está más o menos
opuesta al Idealismo, que considera a la materia como un
simple "reflejo" de la realidad, y tiene su apogeo con Platón (según
interpretaciones clásicas) y durante toda la Edad Media. A principios del
s.XIX, el materialismo supone una oposición radical a la teología y la religión,
y por tanto una lucha contra las instituciones que detentaban el poder. Ésta corriente
es "resucitada" por Feuerbach, que critica el idealismo de su colega
Hegel. Posteriormente, Marx y Engels retoman el materialismo de Feuerbach y
aprovechan el razonamiento dialéctico de Hegel, para establecer su teoría.
[19] Posesión de los medios de
producción y división del trabajo en una sociedad.
[20] Mientras llega este
momento, la clase trabajadora tendrá que “reprimir” a la clase poderosa y
burguesa mediante lo que Marx llama la
dictadura del proletariado.
[21] Revolución francesa,
sobre todo en su fase Jacobina.
[23] A saber, policía, ejército, expropiación
de tierras, control de los movimientos financieros, nacionalización de la banca
y de las fábricas, etc...
[24] La llamada vía indirecta
del camino hacia el comunismo, que triunfó después de la 2ª Guerra Mundial con
el afloramiento, sobre todo en Europa, de los Partidos Comunistas.
[25] Conceptos como los de
sanidad o educación universal y pública, pensiones, obras públicas...
[26] La llamada vía directa,
que Lenin impuso en 1917 y Stalin posteriormente en 1941.
[27] Brigadas Rojas en Italia,
Fracción del Ejército Rojo en Alemania... Aquellos movimientos que David
Rapoport denomina como tercera oleada del terrorismo moderno u oleada de la
nueva izquierda.
[28] Los llamados
Eurocomunistas en España, Francia o Italia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario